La evasión masiva del pago del metro debido al alza de pasajes del transporte público y todo lo desencadenado posteriormente, es una demostración palmaria de que el pueblo se cansó y decidió unirse para protestar y enfrentar los abusos de los poderosos. No es como dice el gobierno “un grupo de violentistas”, sino que cientos de miles de personas, de jóvenes, de ciudadanos que se expresan en toda la ciudad a través de marchas, caceroleos, corte de calles y barricadas para manifestar su rabia y su molestia acumulada, ante la falta de respuesta a sus demandas.
Hoy tenemos un gobierno que su razón de ser es proteger y garantizar los intereses del gran empresariado, que impuso en dictadura un modelo económico neoliberal que aún se mantiene. Una elite empresarial-política que ha estado de espaldas a las demandas del pueblo chileno. Un gobierno que solo tiene como respuesta a las demandas al pueblo de Chile, represión y violencia policial desmedida y por primera vez desde el retorno a la democracia saca los militares a la calle para reprimir las legítimas demandas sociales.
La dictación del Estado de emergencia bajo Ley de seguridad Interior del Estado, es un serio retroceso en la limitada democracia, encarnada en la actual constitución neoliberal heredada. Esta medida es la demostración del quiebre social y que el gobierno es incapaz de garantizar el diálogo democrático que Chile necesita.
La gente está indignada y acumula cada vez más rabia y descontento cuando ve que los sueldos y salarios son cada vez más precarios, que se ve obligada a endeudarse con bancos, financieras y retail; que le suben abusivamente las tarifas de la luz, del metro, peaje, isapres y de un deficiente transantiago. Que además un ministro diga que hay que levantarse más temprano para ahorrar unas escasas monedas y que no haya voluntad para rebajar la jornada laboral a 40 horas, sólo genera mayor indignación de nuestro pueblo.
Indigna también que por 38 años se insista en mantener un fracasado sistema de AFP, y nuestros viejos sobreviven y mueran con pensiones miserables, mientras los mismos dueños de Chile usen los ahorros de los trabajadores/as para llenarse los bolsillos y obtener grandes utilidades.
La gente está indignada por falta de atención en salud, por las listas de espera, la falta de recursos e insumos y porque esta se ha transformado en un negocio más que beneficia a unos pocos, al igual que la educación que si los jóvenes y su familia no tienen recursos no puede acceder a una profesión o si la obtienen quedan endeudados por años.
Indigna también que la empresa privada sólo esté preocupada de sus ganancias y no de dar servicios de calidad: agua, medio ambiente, semillas, territorio y zonas de sacrificio dan cuenta de ello.
Ante este cuadro, más allá de actos vandálicos y delincuencia, la desobediencia civil es un derecho y un recurso legítimo cuando no se escucha la voz de la ciudadanía y sus derechos fundamentales no se respetan y son atropellados.
Las organizaciones y movimientos sociales que conformamos Unidad Social demandamos de forma inmediata:
Finalmente adherimos al llamado a Protesta Nacional convocada por la Confech para el día lunes 21 de Octubre. Hoy Chile no necesita militares ocupando las calles y reprimiendo a su pueblo. Chile demanda dignidad, no más abusos, respeto y recuperación de derechos fundamentales y profundización de su democracia.
Chile Despertó
Nos Cansamos Nos Unimos
UNIDAD SOCIAL
*Foto: Contexto, internet