El Directorio Nacional ANEF y su estructura sindical, desde el territorio nacional y con sus organizaciones afiliadas, nos hacemos presente en este lugar de memoria, donde nos reunimos las y los sindicalistas para rendir un homenaje a nuestro compañero, presidente mártir, Tucapel Jiménez Alfaro, quien hace 38 años fue cruelmente asesinado por un comando de la DINE.
En conjunto con la familia Jiménez Fuentes mantenemos vigente la memoria de “don TUCA”, hombre sencillo, de clase media, dirigente sindical y empleado público que entregó su vida por los valores del país, libertad, la justicia y la democracia.
En este contexto, hoy nos reencontramos frente a la tumba de Tucapel, con las demandas históricas de las y los chilenos, desde hace 30 años, entre las cuales están salarios justos, pensiones dignas, salud oportuna, educación no lucrativa; medio ambiente sano.
El 18 octubre 2019, aquellos hijos/as y nietos/as de los postergados, abusados y casi olvidados de nuestra sociedad expresaron su malestar por un aumento en el valor del pasaje del metro, con la consigna: “evadir y no pagar”, fue la chispa que detonó un estallido social sin precedentes. Desde ese viernes 18 octubre, “Chile despertó”, fueron las y los jóvenes que nos sacaron del letargo individualista, para reencontrarnos en lo colectivo, centrado en la persona y responder al llamado de ese clamor popular.
Es así como los acontecimientos que nadie imaginó nos hicieron unirnos en la acción, junto a otros compañeros/as sociales y ponernos al servicio de las mayorías de nuestro país, obligando a incorporar en nuestras propias agendas de trabajo sindical un horizonte común para alcanzar un Chile con mayor igualdad y justicia social.
Cuatro meses han pasado, las y los chilenos aún esperan respuestas a las demandas levantadas con fuerza, desde aquel viernes 18 octubre. Aún no hay cambios estructurales que permitan asumir un nuevo modelo de sociedad.
Por el contrario, hay más represión policial que implica mutilaciones, violaciones, asesinatos y privación de libertad. No podemos ser indiferentes y desde nuestro rol como funcionarios/as del Estado de Chile, condenamos el uso de los recursos estatales para ser utilizados para atacar a nuestro pueblo.
Por eso rechazamos las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos que pretende invisibilizar las demandas sociales, y exigimos investigación, toda la verdad, justicia y ley de reparación para quienes han sufrido el uso de la fuerza brutal del Estado. Con la misma energía, seguiremos rechazando que se criminalice la protesta social, las leyes mordazas que proliferan más rápido que las propias respuestas concretas frente a los abusos estructurales que cruzan nuestra sociedad.
Mantener vigente un programa de gobierno que no dice relación con las demandas sociales señaladas en las encuestas, gritadas en las marchas, escritas en los carteles y los muros de nuestro país, es no comprender lo que está pasando y que no hay vuelta atrás.
Por otra parte, la ANEF no puede restarse al debate constituyente. Ahí están los enclaves dictatoriales que mantienen nuestra sociedad con una de las mayores desigualdades de los países del mundo. Ahí están las cadenas que mantienen la vergonzosa acumulación de la riqueza y desprecio por la vida humana y el medio ambiente.
La Constitución es la columna vertebral de nuestra convivencia política, económica y social. No podemos estar al margen del debate político para la construcción de una nueva Constitución.
Este 11 marzo tenemos nuestra Asamblea Nacional extraordinaria para debatir y acordar como enfrentamos el plebiscito del 26 abril 2020, reconociendo las legítimas expresiones y con claridad fijar nuestra posición institucional como ANEF.
En esta actividad que recordamos la vida y legado de Tucapel, tenemos la obligación de referirnos al conocimiento por la prensa de un “proyecto de ley que pretende modernizar el Estado y definir un nuevo modelo de empleo público”, el cual no conocemos. En julio del año 2019, el ex Ministro de Hacienda, Sr. Felipe Larraín, nos invitó a una reunión para que fuéramos sólo observantes de una iniciativa similar que recoge el “posible proyecto de ley”, oportunidad que fuimos enfáticos en señalar el desacuerdo de asumir un rol de mero espectador en una materia que nos interesa abordar en una negociación sectorial formal, como se merecen las y los funcionarios públicos
Primero, consideramos una falta de respeto a la inteligencia de quienes conocemos el Servicio Público y el funcionamiento del Estado, el desconocer el rol histórico que tiene nuestra Confederación, además de instalar una mala práctica de relacionarnos como contrapartes. Segundo, omitir la participación es desconocer el reconocimiento de los derechos laborales alcanzados por la conquista de la lucha de las y los trabajadores, agrupados en las Asociaciones de funcionarios y la ANEF.
Tercero, esta forma irregular de imponer y no dialogar es una práctica antisindical que perjudica las confianzas, cuando la legitimidad de un gobierno esta por debajo de la línea de flotación. Cuarto, consideramos impresentable que el Ministro de Hacienda, en su estilo peculiar de tratar a las y los funcionarios públicos, pretenda invisibilizar el ejercicio libre y pleno de la libertad sindical que nos habilita para el ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales de nuestros representados. Cuando se pretende restringir el trabajo sindical se aumenta la presencia del autoritarismo.
La ANEF tiene una historia de dialogo social con todos los gobiernos, en materia de posibles escenarios vinculados a proyectos que permitan modernizar el Estado y que contribuya a garantizar los derechos sociales de las y los chilenos.
Creemos en un Estado moderno, participativo, plurinacional, capaz de dinamizar la economía del país, y no el principio subsidiario que mantiene la actual Constitución, donde los recursos estatales son entregados a los privados para mantener “el negocio”, que produce retrocesos en materia de los derechos laborales, como son los despidos arbitrarios, falta de carrera armónica laboral, además de profundizar escenarios complejos con medidas de austeridad presupuestaria, privatización y externalización, incluso con respaldos de instituciones financieras internacionales.
La libertad sindical ha sido consagrada como un derecho humano por los más importantes instrumentos internacionales del siglo XX a nivel global y regional, condición esencial para lograr la mejora de la calidad de vida de las personas. Tenemos la convicción, la experiencia, el legado histórico de asumir el trabajo sindical para proponer una Modernización del Estado que requerimos y requieren las y los chilenos con justicia social y verdadera paz.
Las y los funcionarios públicos palpamos diariamente el agudo impacto de la desigualdad que estremece la conciencia y el corazón de la sociedad chilena, y nos obliga a seguir luchando por un trabajo decente para las y los funcionarios públicos, relevando la importancia de la función pública con más y mejor Estado.
El legado de “don TUCA” y su sacrificio no pueden olvidarse, es nuestra obligación mantener vigente este espacio de homenaje, que cada 25 febrero marca el inicio del año sindical de la ANEF, oportunidad para observar el año anterior y proyectar el futuro inmediato del trabajo sindical de la Confederación.
Con la misma convicción que nos permite renovar nuestro compromiso con la defensa de los Derechos Humanos, recordando a las y los chilenos que sufrieron los horrores de la dictadura cívico militar y a quienes, como Tucapel, no los podemos olvidar. Nuestra lucha está vigente con la memoria de Tucapel Jiménez Alfaro presente, ahora y siempre.
Gracias, compañeras y compañeros.
Presidente ANEF, José Pérez Debelli