Enfrentados a un trance histórico en medio de una profunda crisis social, política, y bajo los efectos de una pandemia que impacta al mundo y a nuestro país, convocamos a conmemorar este primero de mayo, Día Internacional de los/as Trabajadores/as, asumiendo los vertiginosos cambios que hemos experimentado desde octubre a la fecha. Las jornadas de movilización social, impulsadas desde las bases del movimiento popular y de las organizaciones sociales y sindicales, nos impregnaron de ánimo y perspectivas de cambio. La equidad y la justicia social parecían más cercanas. Sin embargo, producto del Covid-19, las condiciones en nuestro país han cambiado drásticamente. No obstante, que en el mundo la globalización y la hegemonía neoliberal enfrentan su peor escenario, nuestro gobierno parece no entender en absoluto los graves cambios que se avizoran. Por el contrario, ha creído encontrar en la Pandemia un pretexto para subyugar el movimiento social y someter a los trabajadores, mediante medidas que los obligan a renunciar a sus derechos y conquistas. El gobierno de Sebastián Piñera Echeñique se esfuerza, obcecado y de espaldas a la realidad, a terminar la tarea iniciada por los discípulos de Chicago durante los tiempos de la dictadura militar, insistir en una concepción de Estado jibarizado y al servicio de la banca y de las grandes empresas de los grupos económicos que ostentan el poder real.
En ese contexto, nos preparamos a conmemorar el Día Internacional de los/as Trabajadores/as en una situación inédita, nunca vista en los últimos 131 años, desde que se instauró este Día internacional del Trabajo. Debido a que el distanciamiento físico es la medida que mejor protege contra la propagación planetaria del Coronavirus, las multitudinarias concentraciones y marchas de millones y millones de trabajadores y trabajadoras, no podrán replicarse este 1 ° de mayo.
Más de 214 mil personas han fallecido en el mundo en cuatro meses, y en Chile las víctimas fatales superan las 216 en dos meses, la “pandemia neoliberal” ha dejado de manifiesto su incapacidad humana y política para enfrentar el contagio y las consecuencias sociales del Covid-19, con la dignidad que requiere la vida.
Desde el inicio de la revuelta social que los chilenos y chilenas demandan Más y Mejor Estado. Un Estado capaz de mejorar sus vidas mediante verdaderas políticas de equidad y justicia social. Hoy, en todo el mundo, se entiende la necesidad de modificar profundamente los modelos de crecimiento económico basados en un repliegue y minimización del papel estatal en la actividad económica, reemplazándolo por una enérgica reacción en la protección de los derechos sociales, económicos y sanitarios de la población, propendiendo a una mayor equidad y a políticas redistributivas que acaben con el abuso y la inequidad.
No obstante, hacemos frente a un gobierno tozudo e incompetente para responder tanto a las demandas sociales como a los nuevos requerimientos que exige el mundo a partir de la experiencia planetaria con el COVID-19. Somos testigos como, en este nuevo escenario, el gobierno insiste majaderamente en profundizar las políticas neoliberales con paquetes económicos que vienen a rescatar a las grandes empresas y la banca, mientras el trabajo se vuelve más precario, mediante soluciones que perjudican a los asalariados para sostener los privilegios de los detentadores del gran capital; suspensión, despidos, flexibilidad laboral, herramientas para supeditar el trabajo, como un insumo para la ganancia del capital.
Además, el gobierno insiste en políticas de ajuste fiscal, que dejan sin parte importante de sus recursos a los servicios e instituciones del Estado para cumplir la función social. Lo que se pretende es inmovilizar el Estado, privilegiando el flujo de recursos en acudir al recate de las grandes empresas, que suelen ser siempre las privilegiadas mediante las políticas monetarias y financieras que se suponen apoyo para las micro, pequeñas y medianas empresas. En esa misma línea, de proteger los intereses del gran capital, en medio de la Pandemia y cuando la curva de contagios y muertes sigue en alza, el gobierno pretende que miles de trabajadores públicos vuelvan al trabajo presencial, desechando las buenas prácticas en que se han desarrollado hasta hoy día, con trabajo presencial y turnos en todos los servicios esenciales y sensibles para los intereses y derechos de los usuarios, anticipando así la “normalización” de la economía y los negocios, a costa de la vulneración de los derechos fundamentales, de la salud y la vida de los trabajadores.
Este 1° de mayo, junto con cuidarnos y proteger nuestras vidas y las de la ciudadanía, nos movilizaremos por los mutilados y violentados de octubre, por los que actualmente han perdido sus trabajos por la mal llamada ley “protección al empleo”, por los funcionarios/as de la Salud y del Estado de la primera línea, y por la confianza creciente que la voluntad y la lucha del pueblo de Chile, sus jóvenes, estudiantes, trabajadores, la sociedad civil en conjunto, lograrán superar la falta de equidad, el abuso y la injusticia social. Por la Dignidad de los trabajadores y trabajadoras.
-Actividades:
Miércoles 29 y jueves 30 de abril | Difundir Saludo del presidente de ANEF, José Pérez Debelli; gráfica visual y digital en redes sociales. | Santiago y Regiones. |
Viernes 1 de mayo | Banderas negras (bolsas negras) en nuestras casas y centros de trabajo. | Santiago y Regiones. |
Viernes 1 de mayo | 10:30 horas. Discurso presidenta de la CUT Bárbara Figueroa (por streaming) | Santiago y Regiones. |
Viernes 1 de mayo | 21:00 horas. Cacerolazo nacional POR LA DIGNIDAD DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS. | Santiago y Regiones. |
DIRECTORIO NACIONAL ANEF