La vicepresidenta de la Mujer y Género de la ANEF, Gina Sennas Ruiz, asistió al encuentro del Comité de Mujeres de la Internacional de Servicios Públicos (ISP) que se efectuó, el pasado 13, 14 y 15 de diciembre, en la ciudad de Lima, Perú. Fueron más de 40 mujeres dirigentas sindicales de Chile, Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, México y Perú que participaron de una actividad que se enmarcó en el “Proyecto FÓRZA”.
“Las Mujeres de la ISP debatimos sobre el trabajo decente y la provisión pública de los servicios del cuidado (…) Este debate y conversación se desarrollaron sobre la construcción del sistema de cuidados, como un camino para avanzar en nuevas relaciones de género que enfrente la desigual e injusta distribución del cuidado”, indicó Gina Sennas Ruiz.
Además, en este encuentro se profundizó sobre las 5 Rs (Reconocer; Recompensar, Remunerar, Representar; Reducir; Redistribuir y Reivindicar) del manifiesto global del cuidado, documento planteado por diversas organizaciones sindicales del mundo para superar la crisis del cuidado durante la pandemia.
Asimismo, en estas jornadas de labor sindical se hizo un análisis comparativo de las diferentes experiencias de las mujeres trabajadoras del Estado en sus respectivos países, como así el rol que deben asumir los sindicatos en la construcción social sobre el cuidado.
“La transformación del sistema también significa que las organizaciones sindicales deben luchar por un trabajo decente para las y los trabajadores remunerados, en línea con el programa de trabajo decente de la OIT (…) La mejora de los servicios públicos se presenta como crucial para garantizar condiciones de vida digna, cumplir con los derechos humanos y avanzar hacia la igualdad”, precisó la vicepresidenta de Mujer y Género de la Agrupación.
En las principales conclusiones de este encuentro sobre la realidad de los/as trabajadores/as remunerados en labores de cuidados se reconocen que hay avances en políticas, como en los contratos colectivos sobre licencias por maternidad/paternidad, reducción de horas; pero que estas medidas no reflejan un estándar mínimo universal y que no se garantizan completamente los derechos en el cuidado y de quienes lo ejercen. Por ello, es el Estado que debe corregir las desigualdades en el sistema de cuidado, en particular cuando son las mujeres quienes principalmente se dedican a esas labores.