Desde hace años que la Agrupación de Funcionarios de Empleados Fiscales (Anef) cuestiona que el Gobierno esté privilegiando los contratos a plazo fijo (a contrata) para vincular a sus trabajadores -así como las boletas a honorarios-, en desmedro de la carrera funcionaria que representan las personas de planta. Los números confirman la tendencia, y en 2007, por primera vez desde que hay registros, el personal a contrata superó al de planta.
De acuerdo con el Informe de Estadísticas de Recursos Humanos del Sector Público, que elabora la Dirección de Presupuestos (Dipres), en 2007 hubo 88.072 personas contratadas en forma indefinida (planta), y 88.479 a contrata. Un año antes, la relación había sido de 90.465 vs. 80.012, respectivamente. En relación con 2000, la planta creció en 6,6%; la de contrata, en 53,2% (y 19,5% desde 2005).
No hay datos desagregados por ministerios o reparticiones.
Una parte del aumento corresponde a los traspasos de empleados de honorarios a dotación de personal civil directo a contrata.
Servicios funcionales
“Esto es primera vez que ocurre, y no es más que la demostración de una política llevada adelante por este Gobierno, que no privilegia la carrera funcionaria”, dijo ayer el presidente de la Anef, Raúl de la Puente, tras denunciar estos datos ante representantes sindicales y parlamentarios el balance anual de la entidad.
“En el caso del Gobierno, no se descarta ninguna modalidad contractual siempre que el servicio cumpla con la misión que se le ha encomendado. Esto, porque nuestra mirada es al revés: lo importante es que un servicio se haga cargo de sus funciones, y la modalidad del contrato se subordina a eso”, plantea el subdirector de Racionalización y Función Pública de la Dipres, Enrique Paris.
Entre quienes desarrollan las políticas públicas laborales del Estado coinciden con lo mencionado por Paris, en el sentido de que a veces es preferible contar con profesionales con cierta flexibilidad, pues el Estatuto Administrativo -planta- protege en demasía el empleo y no tanto la productividad. Por eso, en el Gobierno celebran los recientes acuerdos con el Registro Civil y el SII, pues allí habrá incentivos económicos vinculados con la calidad de ambos organismos.
Tampoco es cierto, apuntan, a que existe una animadversión per se a la planta. Prueba de ello es que la planta aumentará en Gendarmería y en las entidades sucesoras del INP, pero estará sometida a indicadores de desempeño y estructuras más modernas.
Existen otros casos en que los cupos de planta terminan no provistos, debido a que habría desinterés en algún concurso o bien a que a un profesional a contrata le conviene más mantenerse como tal a asumir un grado de planta, que puede no convenirle salarialmente, comenta un alto funcionario público.
Una de las mayores críticas de la Anef a la Dipres es que desconoce una de las reglas del Estatuto Administrativo, que plantea que en ningún servicio la proporción de contrata puede superar el 20% del personal total. Sin embargo, el Gobierno utiliza la Ley de Presupuestos para sublimar aquella disposición, lo cual está permitido.
La defensa de la carrera
Existe una percepción transversal entre algunas autoridades de que la carrera funcionaria resulta muy conveniente a los trabajadores -por la cuasi inamovilidad laboral-, pero negativa para la productividad del sistema.
En el lado de la Anef, el argumento es distinto: plantean que los funcionarios tienen un mayor apego a los principios éticos del sector público, y prueba de ello sería que en la mayoría de los casos de corrupción que surgen son personas recién llegadas (como operadores políticos) las involucradas, y no los trabajadores de más antigüedad.
¿Flexibilidad estatal?
Para el investigador Rodrigo Castro, del Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), el Gobierno se está enfrentando, en definitiva, con una inflexibilidad laboral ligada a la planta. “Por lo mismo, el Gobierno se dispara en el pie cuando exige una aplicación leonina de la ley laboral al sector privado, y en cambio él tiene una legislación laxa al privilegiar más trabajadores a contrata que de planta”, afirma.
Fuente: Eduardo Olivares, Diario El Mercurio, 30 de Diciembre de 2008.